Si se deja de lado al perro chihuahua, el xoloitzcuintle, con el pellejo al aire y escasos dientes, es el can icónico de México y está presente en el arte, en mitos pese a ser marginado durante siglos con la llegada de los españoles al país, según refleja una nueva exposición.
Según las primeras evidencias arqueozoológicas que se tienen, el xolo -como se le conoce cariñosamente- estuvo presente en el centro y occidente de México desde el siglo V D.C., contó este miércoles a Efe Raúl Valadez, responsable del laboratorio de paleozoología del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con motivo de la muestra "Xolos, compañeros de viaje", una exposición en el Museo del Carmen, en Ciudad de México, el especialista precisó que, teniendo en cuenta las pruebas científicas, el origen del perro se debió dar ser unos siglos antes de ese momento.
La exhibición muestra un centenar de piezas -contando objetos prehispánicos, artísticos y artesanales- relacionadas con el icónico perro, desde esculturas y artesanías hasta piezas pictóricas, pasando por estructuras óseas.
Fue con la llegada de los españoles a lo que hoy se conoce como México en 1519 cuando el perro comienza a ser perseguido y marginado por la religión católica, especialmente en las ciudades.
Esto se debe a que "estos perros pelones eran los favoritos para hacer ceremonias y ritos" de los mexicas.
En ellos "se buscaba pedir a los dioses el apoyo para que hubiera lluvia, para que hubiera un buen año agrícola".
Según contó en un recorrido a medios por la exposición la historiadora del arte Eva María Ayala, el perro era considerado por los cristianos como "la representación de la lujuria y la lascivia".
Además, estos perros eran compañeros de los difuntos, y estaban presentes en tumbas y entierros, pues se han encontrado esqueletos completos de estos perros junto a osamentas de humanos.
Con el paso de los siglos, los perros propios del México antiguo fueron quedando relegados al campo, a zonas rurales donde las autoridades no llegaban tanto a investigar.
Fue a principios del siglo XX cuando precisamente los campesinos y personas que vivían en esos entornos rurales empezaron a mostrárselos a algunos artistas, quienes, queriendo enaltecer las raíces de su país, empezaron a popularizarlos de nuevo como un icono de la cultura mexicana.
No es ningún secreto que Frida Kahlo y Diego Rivera eran grandes admiradores de este tipo de perros, no solo por mostrarlos en sus cuadros sino por la evidencia fotográfica que existe del cariño que sentían por ellos.
Así como otros perros adquirieron las características que tienen hoy por la domesticación del ser humano, en el caso del xolo su aspecto se debe totalmente a una suerte de fallo en la lectura del material genético.
De acuerdo con Valadez, se tiene evidencia desde 2008 que el motivo de su aspecto es puramente biológico.
En este caso, el xoloitzcuintle presenta una mutación en el ADN que bien puede darse por el ambiente o por circunstancias internas.
Según las investigaciones realizadas sobre el animal, la información almacenada en el ADN -que transmite los genes de los dientes y el pelo, entre otros- no es leída correctamente por las células, por lo que el resultado es un can sin pelo y al que le falta parte de su dentadura.
El perro ha sido víctima de algunos mitos a lo largo del tiempo que resultaron no son ciertos.
Uno de ellos es que son mudos, información errónea si se tiene en cuenta que el perro es capaz de ladrar y aullar e incluso es más ruidoso que otras razas.
Otro es que eran un alimento habitual en tiempos prehispánicos. Esto es una verdad a medias, pues sí se trataba de una fuente de proteína, pero no era algo cotidiano sino reservado a fechas especiales como festividades en donde se cocinaba a los perros para un apetitoso banquete.
Y es que, a mediados de ese siglo, se consideraba que quedaban pocos ejemplares, pero con el tiempo se empezó a repoblar mucho la población.
Algo que sí es cierto sobre este tipo de perros sin pelo en Mesoamérica es que eran usados con fines medicinales para tratar dolores reumáticos, poniendo en contacto la piel del perro -de unos 40 grados centígrados de temperatura- con la de humano.
La palabra xoloitzcuintle se conforma de las palabras en lengua náhuatl 'Xólotl', que quiere decir dios del ocaso e 'itzcuintli', que significa perro.
En la actualidad, este simpático perro que suele vivir entre 12 y 14 años es usado gráficamente en algunos símbolos de México como en el escudo de la ciudad de Colima o el del Club Tijuana, un equipo de fútbol conocido popularmente como "Los xolos de Tijuana".
En un ámbito más global, el perro se hizo famoso luego de que la película de animación "Coco" (2017), basada en la tradicional festividad mexicana del Día de Muertos lo mostrara como el fiel compañero que acompaña a su protagonista.
Vía El Universal
Publicado por:Noticias de Última Hora
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