La montaña rusa diplomática del presidente Donald Trump continuó la noche del miércoles con un tuit en el que calificó como "estúpido" un acuerdo de la era Obama con Australia sobre refugiados. "¿Lo pueden creer? La administración Obama acordó traer miles de inmigrantes ilegales desde Australia. ¿Por qué? Estudiaré este estúpido acuerdo", tuiteó Trump, la noche del miércoles. Durante una llamada entre el presidente de Estados Unidos y el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, el sábado, Trump se opuso al acuerdo sobre la acogida de refugiados de Estados Unidos, dijeron fuentes a CNN. La conversación Mediante el acuerdo, alcanzado durante el gobierno de Barack Obama, Estados Unidos aceptaría refugiados desde Australia que viven en centros de detención en ultramar debido a las estrictas políticas gubernamentales. Muchos de ellos proceden de los siete países afectados por el decreto inmigratorio de Trump. Fuentes dijeron que Trump insistió en que era un muy mal acuerdo para Estados Unidos recibir a 2,000 refugiados y que uno de ellos podría ser el próximo atacante en Boston. Turnbull dijo a Trump varias veces que el acuerdo establecía 1,250 refugiados, no 2,000. También dijo que Australia le estaba pidiendo a Estados Unidos que los sometiera a su proceso de revisión y que si no lo pasaban no serían trasladados. Trump expresó su preocupación sobre cómo este acuerdo del gobierno anterior podía llevarse a cabo teniendo en cuenta su decreto firmado el día antes, que susde fortmpende temporalmente el programa de refugiados de Estados Unidos. Una fuente dijo que Trump terminó abruptamente la llamada porque no estaba contento. La llamada terminó de forma cortés, declaró Turnbull en una entrevista de radio el jueves. El Washington Post fue el primero en reportar los detalles de la llamada de Australia. Cuando se le preguntó sobre el tuit de Trump en el que etiquetó como "estúpido" el acuerdo negociado con el gobierno de Obama, Turnball dijo que aunque el acuerdo quizá no es el que el actual presidente hubiera hecho o considerado "bueno", el mandatario y su gobierno se han comprometido a cumplirlo. A principios de esta semana, Spicer dijo que el gobierno podría cumplir el acuerdo, diciendo que los refugiados serían sometidas a "investigación de antecedentes extremas". Turnbull intentó mantener cierta apariencia diplomática, declinando dar más detalles sobre la llamada. "No voy a comentar nada más sobre mi conversación con el presidente de Estados Unidos que no sea lo que hemos dicho públicamente", dijo. "Es mejor que estas conversaciones se llevan a cabo con franqueza, en privado". Una persona familiarizada con la situación dijo que la llamada del sábado entre el presidente de Trump y Turnbull se produjo después de un largo día de conversaciones con otros líderes extranjeros. Turnbull fue la quinta llamada después de conversaciones con el primer ministro japonés Shinzo Abe, el presidente francés, François Hollande, la canciller alemana Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladimir Putin, cada una de las cuales duró cerca de una hora. Trump, dijo esta fuente, sentía algo de fatiga después de su primer combate diplomático importante. Y aunque sus conversaciones anteriores no fueran necesariamente polémicas, sí implicaron algunos momentos de tensión. Merkel y Hollande criticaron el decreto inmigratorio. Merkel sintió que tenía que explicar la Convención de Ginebra a Trump, dijo la fuente haciendo una lectura sobre la conversación.
La montaña rusa diplomática del presidente Donald Trump continuó la noche del miércoles con un tuit en el que calificó como "estúpido" un acuerdo de la era Obama con Australia sobre refugiados. "¿Lo pueden creer? La administración Obama acordó traer miles de inmigrantes ilegales desde Australia. ¿Por qué? Estudiaré este estúpido acuerdo", tuiteó Trump, la noche del miércoles. Durante una llamada entre el presidente de Estados Unidos y el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, el sábado, Trump se opuso al acuerdo sobre la acogida de refugiados de Estados Unidos, dijeron fuentes a CNN. La conversación Mediante el acuerdo, alcanzado durante el gobierno de Barack Obama, Estados Unidos aceptaría refugiados desde Australia que viven en centros de detención en ultramar debido a las estrictas políticas gubernamentales. Muchos de ellos proceden de los siete países afectados por el decreto inmigratorio de Trump. Fuentes dijeron que Trump insistió en que era un muy mal acuerdo para Estados Unidos recibir a 2,000 refugiados y que uno de ellos podría ser el próximo atacante en Boston. Turnbull dijo a Trump varias veces que el acuerdo establecía 1,250 refugiados, no 2,000. También dijo que Australia le estaba pidiendo a Estados Unidos que los sometiera a su proceso de revisión y que si no lo pasaban no serían trasladados. Trump expresó su preocupación sobre cómo este acuerdo del gobierno anterior podía llevarse a cabo teniendo en cuenta su decreto firmado el día antes, que susde fortmpende temporalmente el programa de refugiados de Estados Unidos. Una fuente dijo que Trump terminó abruptamente la llamada porque no estaba contento. La llamada terminó de forma cortés, declaró Turnbull en una entrevista de radio el jueves. El Washington Post fue el primero en reportar los detalles de la llamada de Australia. Cuando se le preguntó sobre el tuit de Trump en el que etiquetó como "estúpido" el acuerdo negociado con el gobierno de Obama, Turnball dijo que aunque el acuerdo quizá no es el que el actual presidente hubiera hecho o considerado "bueno", el mandatario y su gobierno se han comprometido a cumplirlo. A principios de esta semana, Spicer dijo que el gobierno podría cumplir el acuerdo, diciendo que los refugiados serían sometidas a "investigación de antecedentes extremas". Turnbull intentó mantener cierta apariencia diplomática, declinando dar más detalles sobre la llamada. "No voy a comentar nada más sobre mi conversación con el presidente de Estados Unidos que no sea lo que hemos dicho públicamente", dijo. "Es mejor que estas conversaciones se llevan a cabo con franqueza, en privado". Una persona familiarizada con la situación dijo que la llamada del sábado entre el presidente de Trump y Turnbull se produjo después de un largo día de conversaciones con otros líderes extranjeros. Turnbull fue la quinta llamada después de conversaciones con el primer ministro japonés Shinzo Abe, el presidente francés, François Hollande, la canciller alemana Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladimir Putin, cada una de las cuales duró cerca de una hora. Trump, dijo esta fuente, sentía algo de fatiga después de su primer combate diplomático importante. Y aunque sus conversaciones anteriores no fueran necesariamente polémicas, sí implicaron algunos momentos de tensión. Merkel y Hollande criticaron el decreto inmigratorio. Merkel sintió que tenía que explicar la Convención de Ginebra a Trump, dijo la fuente haciendo una lectura sobre la conversación.
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