Un soldado supuestamente mató a golpes a su esposa porque ésta rehusó tener relaciones grupal en Papúa Nueva Guinea, considerado uno de los países con los mayores índices de violencia machista en el mundo, según informaron fuentes oficiales.
El inspector jefe de la División de Investigación Criminal de la Policía, Charles Winuan, indicó que los hechos sucedieron el sábado y que el soldado, adscrito a la Policía militar, está acusado del asesinato de su esposa y madre de sus tres hijos, según recoge este miércoles el diario local The National.
Winuan precisó que el hombre, que había estado bebiendo con otros soldados, propinó un puñetazo en el rostro de su mujer y le golpeó con una botella en la cabeza, tras negarse a mantener relaciones grupal, según lo informado por EFE.
Las Fuerzas Armadas indicaron en un comunicado que "el asunto se encuentra en manos de la Policía, que lo está investigando" y agregaron que no van a realizar ninguna declaración mientras la investigación esté en curso, pero que toman "muy en serio" cualquier violación de su código de conducta, incluido "cualquier tipo de violencia no autorizada".
Según el relato policial, el soldado le había pedido a su esposa el sábado pasado que lo esperara en su dormitorio en un cuartel militar de Port Moresby mientras salió con sus amigos.
El hombre regresó entrada la madrugada con un grupo de compañeros y una joven tras pasar horas bebiendo y, entonces, conminó a su mujer a participar en una sesión grupal, a la que ella se negó, por lo que le propinó supuestamente una paliza.
La mujer murió por heridas craneales que sufrió.
Papúa Nueva Guinea, un país rico en recursos naturales y que tiene a un 40 por ciento de la población de 9,4 millones de habitantes en situación de pobreza, ha sido considerado como uno de los lugares más peligrosos del mundo para las mujeres y las niñas.
Sendos informes de Human Rights Watch de 2021 y 2022 apuntaron que cerca de dos tercios de las mujeres son víctimas de violencia doméstica en Papúa, donde además se registran casos de ataques contra féminas acusadas de brujería en zonas remotas e inaccesibles de este país que sigue siendo escenario de enfrentamientos tribales armados.
Human Rights Watch denunció en el informe la cultura de impunidad, corrupción y anarquía, así como un agravamiento de la violencia contra mujeres y menores que se han traducido en casos como el del boxeador Debbie Kaoref, quien publicó en 2020 un vídeo en las redes sociales en el que aparecía golpeando a su pareja con una plancha frente a sus hijos.
De los 15.000 casos de violencia doméstica denunciados en ese país en 2020, solo 300 presuntos agresores fueron procesados y de ellos un centenar condenados, precisó la ONG.
Publicado por:Noticias de Última Hora
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