Los Diputados locales de los partidos Nueva Alianza (PANAL), David Barrera Zavala, y Verde Ecologista de México, Enrique Febles Bauzá, señalaron que es obligación del Ayuntamiento de Mérida el regular los niveles de ruido en el centro histórico, por lo que consideraron que la demanda ciudadana en torno a los altos volúmenes que tienen bares y discotecas debe ser atendido por la comuna capitalina.

En ediciones anteriores, La Jornada Maya ha ilustrado la inconformidad de vecinos del primer cuadro de la capital yucateca por la proliferación de cantinas, bares y otros centros de entretenimiento que utilizan música en niveles altos.

Al respecto, el legislador del PANAL consideró que la comuna debe garantizar el bienestar y la tranquilidad de la población por encima de cualquier beneficio económico que pudiera representar un negocio.

“Creo que las leyes son claras y hay ciertos niveles que deben de respetarse para todo este tipo de comercios. Me parece que la autoridad deberá revisar puntualmente la ley y actuar en consecuencia”, dijo.

Recordó que en los últimos años, en el centro de Mérida se han multiplicado bares y cantinas en viejas casonas arregladas, remodeladas, que atraen no sólo al turismo, sino también a los habitantes de la capital del estado. 

“Independientemente de eso hay que ser muy puntual con lo que establece la ley, y hay límites en cuanto al tema del ruido que se puede tener en cada uno de estos negocios. Desde luego la autoridad no puede ser condescendiente y mucho menos temblarle la mano a la hora de ejercer lo que la ley marca”, exigió.

No es tema nuevo

Por su parte, el diputado Enrique Febles dijo que la contaminación por ruido no es un tema nuevo para el Ayuntamiento de Mérida, toda vez que desde el año pasado los vecinos del centro histórico se han manifestado sin que hasta la fecha se resuelva el problema.

“Las autoridades municipales que emiten los permisos únicamente han simulado que están atendiendo el tema con mínimas clausuras de establecimientos, y por otro lado, siguen otorgando permisos y las quejas ciudadanas aumentan con el paso del tiempo”, estableció.

Consideró que el reto en el centro histórico es encontrar un punto de equilibrio, ya que no es posible presumir a nuestra ciudad como un centro cultural cuando en el centro histórico se está llenando de todo tipo de contaminación.

“Esa no es la imagen que queremos proyectar de Mérida. Muchos extranjeros eligen Mérida por la seguridad y la gran cultura, y cada vez más se van decepcionando”, advirtió.

Finalmente consideró que la planeación urbana en Mérida es fallida y sólo beneficia a los intereses del gobernante en turno, pues no existe la visión de la sociedad en la actual planeación urbana del Ayuntamiento de Mérida. La Jornada Maya