Cataluña incorporará una prueba de ADN fetal en sangre de la madre durante el seguimiento de algunos embarazos para detectar anomalías congénitas de forma precoz. Esta medida es una de las novedades que contiene el nuevo protocolo de atención y seguimiento a embarazadas que desplegará el Departamento de Salud y que renueva las directrices marcadas en un documento de 2005. Salud también avanzará a antes de las 10 semanas (hasta ahora era a los tres meses de gestación) la primera visita ginecológica y monitorizará la salud mental de las madres para detectar estados depresivos o ansiosos.
Salud mantendrá el tradicional triple screening o test combinado de cribado bioquímico y ecográfico en el primer trimestre de gestación para detectar anomalías cromosómicas. La novedad está en que el sistema público incorporará la posibilidad de hacer esta prueba de ADN fetal entre las mujeres cuyo screening inicial haya revelado un embarazo de riesgo alto.
La nueva prueba para localizar precozmente malformaciones en el feto consiste en un análisis de la sangre de la gestante. Los especialistas toman una muestra a la madre para detectar células de su feto y analizar su ADN. Se trata de un procedimiento mucho menos invasivo que la amniocentesis (una punción para tomar una muestra de líquido amniótico) o la biopsia de corion (una prueba para recoger una muestra de la membrana que rodea la placenta) y permitirá detectar anomalías cromosómicas como el Síndrome de Dowm, el de Patau o el de Edwards, los más comunes.
La Generalitat quiere evitar, en la medida de lo posible, las pruebas invasivas, que tienen un 1% de riesgo de aborto. Según la doctora Elena Carreras, presidenta de la Sociedad Catalana de Ginecología y Obstetricia, el 4% de las amniocentesis o biopsias de corion que se hacen a las mujeres que presentan un embarazo de alto riesgo según los parámetros del triple screening, dan negativo. Y por ello, quieren evitar someter, de entrada, a este colectivo de riesgo alto a estos procedimientos más agresivos siempre que sea posible.
Salud sostiene que el test de ADN fetal, que costará unos 360.000 euros anuales a las arcas públicas, evitará más de un millar de pruebas invasivas (unas 1.000 biopsias de corion y unas 200 amniocentésis). Con todo, si la prueba de ADN fetal sale positiva, la gestante tendrá que someterse a una amniocentesis, porque es más precisa y el margen de error es todavía inferior.
Entre las otras novedades del protocolo está el cambio en el calendario de seguimiento, que adelanta la primera visita al especialista antes de las 10 semanas de gestación. Esta medida servirá para ampliar la historia clínica de la mujer embarazadas y abordar los riesgos de forma precoz. También se adelantará al primer trimestre el cribado de la diabetes en las madres con factores de riesgo. "Así se podrá hacer determinaciones analíticas de todas las pruebas, programar la ecografía precozmente y para hacer los cribados de salud mental", ha argumentado este jueves Gemma Falguera, presidenta de la Asociación Catalana de Comadronas.
De hecho, Salud también ha puesto el foco en prevenir patologías mentales durante la gestación y tras el parto. Non en vano, la literatura científica sostiene que una de cada cuatro embarazadas podría sufrir un problema de salud mental y el 10% de las gestantes están en riesgo de padecer una depresión postparto. Así, a partir de ahora, las comadronas serán las encargadas de realizar test de cribado a las madres en distintos momentos del embarazo y del postparto para detectar estados depresivos o ansiosos que puedan derivar en un problema de salud mental. Si los profesionales sanitarios identifican algún tipo de riesgo de depresión o ansiedad, la madre será derivada a la atención especializada.
El auge de enfermedades emergentes como el zika, que tiene un fuerte impacto en la salud de los fetos (puede producir microcefalia y otros trastornos), ha precipitado que Salud también modifique los cribados de algunas patologías. El nuevo protocolo introduce la vigilancia contra el zika y elimina, en cambio, el cribado universal de la toxoplasmosis por falta de evidencia científica.
Vacunación
El nuevo protocolo de Salud reforzará también la vacunación sistemática de las embarazadas contra la tos ferina y la gripe, dos medidas que se han demostrado muy eficaces para proteger al feto desde su nacimiento o evitar complicaciones durante la gestación.
Desde que se impulsó en 2014 la inmunización contra la tos ferina, la tasa de menores de tres meses con la enfermedad pasó del 13% al 3,65% en apenas dos años. La gripe, por su parte, predispone a más dificultades en el alumbramiento, como partos prematuros o por cesárea y bajo peso al nacer.
Publicado por:NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA
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