a ONU anunció este viernes una gran iniciativa internacional para hallar una vacuna contra el coronavirus, mientras que millones de musulmanes iniciaban en un ambiente sombrío un Ramadán en confinamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una iniciativa "histórica" al reunir a varios países, entre ellos Francia y Alemania, para acelerar la producción de vacunas y tratamientos contra la COVID-19, que ya se ha cobrado más de 190.000 vidas en el mundo.
Es una colaboración histórica para acelerar el desarrollo, la producción y la distribución equitativa de vacunas, de test de diagnóstico y de tratamientos contra la COVID-19", dijo el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Luchar contra la actual pandemia supondrá el "esfuerzo de salud pública más masivo de la historia", dijo por su parte el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Del total de fallecidos, dos tercios están en Europa y en Estados Unidos este viernes se superó el umbral de 50.000 decesos, después de que se registraran 3.176 muertes en 24 horas, una de las cifras diarias más altas en el mundo, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.
El mundo musulmán dio inicio este viernes al Ramadán, durante el que los creyentes se abstienen de comer y beber desde que sale el sol hasta que se pone y que es tradicionalmente un periodo para compartir y reunirse. Es también un periodo de oración y recogimiento en el que los musulmanes acuden en masa a las mezquitas, sobre todo por la tarde y la noche.
Pero la mayoría de los países musulmanes en Oriente Medio, África del Norte y en Asia, han cerrado las mezquitas y prohibido las congregaciones nocturnas, con el beneplácito de las autoridades religiosas.
El 'iftar', la comida de ruptura del ayuno tras la puesta de sol, no será como otros años, cuando las familias y los amigos se reunían para compartir las abundantes mesas.
El rey Salmán de Arabia se dijo "afligido porque el mes sagrado llega en circunstancias que nos privan de realizar oraciones como el 'tarawih' (la oración nocturna) en las mezquitas".
"Este Ramadán es muy diferente, simplemente no es festivo. (...) El mundo es ahora diferente", lamenta Fitria Famela, un ama de casa en Indonesia, el mayor país musulmán del mundo.
A lo largo de las semanas, la pandemia planetaria, que ha confinado a más de la mitad de la población del mundo, sigue devastando las economías del mundo, obligando a las autoridades a tratar de elaborar planes para incentivar la recuperación rápidamente.
Ante el riesgo de posibles medidas proteccionistas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtieron el viernes contra las restricciones a la exportación de material médico.
En Estados Unidos se adoptó un nuevo plan de ayuda para las pequeñas y medianas empresas y hospitales de 480.000 millones de dólares, que se suman a los 2,2 billones aprobados a finales de marzo.
En la Unión Europea, en cambio, las disensiones internas llevaron a aplazar una decisión sobre un plan de reconstrucción hasta mayo.
Aunque Estados Unidos es uno de los más golpeados por la pandemia, cinco Estados no decretaron el confinamiento, como en Dakota del Sur, donde bares, centros de bronceado y sex-shops siguen abiertos. "Somos un comercio esencial", dice sonriente Kate, la gerente de la tienda Dick & Jane's Naughty Spot.
Otros Estados como Texas, Vermont o Georgia han decidido suavizar el confinamiento permitiendo la apertura de algunos comercios.
El presidente estadounidense, Donald Trump, en unas nuevas declaraciones incendiarias, sugirió el jueves que como los desinfectantes matan al coronavirus, se podrían inyectar en los pulmones de los enfermos.
Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto. En un minuto. ¿No habría alguna forma de hacer algo así con una inyección en el interior o casi una limpieza?", se preguntó, desatando un gran estupor en la comunidad médica.
Ante el revuelo que causó, el mandatario aseguró este viernes que hablaba "sarcásticamente".
En Europa, varios países empiezan a suavizar sus restricciones, y otros, como Italia o Francia, se preparan para hacerlo próximamente.
En una brizna de esperanza, las autoridades sanitarias de España anunciaron el viernes el mejor balance diario en un mes, con 367 decesos, para un total de 22.524. Además, fue el primer día desde el inicio de la epidemia en que las cifras de curados fueron superiores a las de nuevos casos notificados.
A partir de domingo, los niños españoles podrán salir a la calle a dar un breve paseo, después de pasar seis semanas confinados.
Por su parte, Italia, el país más afectado después de Estados Unidos, contabiliza 25.549 decesos, pero constata señales positivas (menos personas enfermas y menos pacientes en cuidados intensivos y menos muertes diarias). El gobierno prepara la activación de la "fase 2", que trata de aliviar las medidas drásticas de confinamiento en vigor desde el 9 de marzo.
La OMS no deja de insistir sin embargo en que no es hora de reducir los esfuerzos, y que una segunda oleada pandémica puede llegar en cualquier momento.
En este sentido, Alemania, considerado uno de los grandes países europeos que mejor ha gestionado la crisis, decidió poner más medios ante una posible nueva ola de contagios.
Aunque dispone de 13.000 camas en cuidados intensivos libres de un total de 32.000, las autoridades decidieron aumentar sus capacidades, especialmente en Berlín, donde el ejército está construyendo un hospital con 1.000 camas.
Mientras en Europa la curva de la pandemia parece empezar su fase descendente, en América Latina está en la ascendente y lo peor está por venir, según la OMS, en particular en países como Brasil, donde se registraron 407 muertos en un día (3.123 en total), o México, que ya supera los 1.000 fallecidos.
México está en una "fase de ascenso rápido en el número diario de casos y vamos a seguir teniendo más y más casos de enfermedad", advirtió el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
La situación es complicada en Venezuela (10 muertos), que ya vive una crisis económica y política sin precedentes. Un hombre de 28 años murió tras recibir un disparo durante una protesta por comida que acabó en saqueos en la ciudad de Upata (sur).
En un pequeño pueblo de Nicaragua, en cambio, parece no importarles la propagación del virus. Cientos de personas de San Marcos, 45 km al sur de Managua, celebraron las fiestas patronales sin tomar medidas de protección contra la pandemia
Publicado por:Noticias de Última Hora
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