Mientras miles de personas transitaban como todos los días por las calles de el Eje Central y Francisco I. Madero, en la Ciudad de México, el simulacro de un violento secuestro se llevaba a cabo frente a la mirada incrédula de varios de ellos.
Las organizaciones Mensajeros Urbanos y Alto al Secuestro, de Isabel Miranda de Wallace, quien a raíz del secuestro y asesinato de su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda en el año 2005 se dedica al activismo social, decidieron hacer un experimento social en las calles capitalinas.
Sobre el paso peatonal de la calle Madero que cruza la avenida Eje Central, una señora de aproximadamente 50 años camina, a la mitad del cruce un carro color negro que venía frente a ella le cierra el paso deteniéndose violentamente, bajan dos sujetos del vehículos, forcejean con la mujer hasta que logran subirla al auto y huyen del lugar.
Los transeúntes que circulaban por el lugar al momento de ver el arribo del carro corrieron, otros más sólo se convirtieron en espectadores del simulacro de secuestro que sucedía frente a ellos.
Miranda de Wallace señaló en una entrevista que de las decenas de personas que se encontraban ese momento sólo un fue la que llamó al 911 que acababa de suceder un supuesto secuestro.
Como parte de este experimento las organizaciones también quisieron medir el nivel de eficacia y eficiencia de los policías para capturar a los delincuentes: en esta ocasión los uniformados lograron dar alcance a los presuntos secuestradores y los detuvieron.
