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Junio 15, 2018 04:00 PM

Mitchell Baker: “No sabemos protegernos ‘online’ como lo hacemos ‘offline’”


La presidenta de Mozilla opina que la ley de protección de datos europea puede inspirar a otros Gobiernos

No le gusta saludar con un apretón de manos. Prefiere una fórmula informal: hacer chocar los puños. Mitchell Baker (Oakland, 1957) es la presidenta y cofundadora de la Fundación Mozilla, popular por su navegador Firefox, que este año celebra su 20º aniversario. De visita a la capital catalana por su participación en el congreso Sonar+D y la Barcelona Maker Faire, habla de los retos de Internet desde la perspectiva de una organización sin ánimo de lucro que promueve el software libre. Le gusta el ritmo de la ciudad y sus habitantes, que ve muy serviciales. Baker celebra la puesta en marcha de la nueva ley de protección de datos europea con un bagaje que empezó en 1994. Fue entonces cuando, jurista de formación, se incorporó a Netscape, el navegador comercial que cuatro años más tarde mutó hacia Mozilla: una institución con 1.000 trabajadores y miles de voluntarios cuyo nombre se debe a la combinación de Godzilla —el monstruo—y Mosaic, la primera herramienta gráfica que permitió navegar por internet. Mozilla es el ser que mató a Mosaic.

Pregunta. El nombre se debe a un ser apocalíptico, pero, viendo la humanidad que desprende vuestro manifiesto, uno se imagina más bien algo angelical.

Respuesta. La gente en Silicon Valley nos ve majos porque no ganamos miles de millones. En Europa creo que somos más respetados. Seguro que también cometemos muchos errores, pero trabajamos por el bien común, para beneficiar a todos los humanos.

P. Supongo que están contentos con la implementación de la nueva ley general de protección de datos europea.
R. Sí, es un tema difícil de regular y difícil de regular bien. Pero por algo tenemos que empezar.
P. ¿Animaría a otros gobiernos a tomar medidas similares para garantizar la privacidad de los internautas?
R. Sí, la tecnología se mueve a una escala gigante. Casi no hay nada que un solo humano pueda hacer solo. Tenemos que trabajar a través de nuestros Gobiernos y la gente tiene que tomar iniciativas en grupo.
R. Allí es difícil implementar cualquier cosa nueva. Unas cuantas compañías de la costa oeste de los Estados Unidos lo controlan todo. Hay preocupación por lo que está pasando con la democracia, con la sociedad y por estar controlado por alguien de otro lugar.P. ¿Lo ve factible en Estados Unidos?
P. Para velar por su privacidad, la gente tiene que configurar las aplicaciones, quizá sin saber bien qué es una cookie o qué quiere decir que una compañía siga tus movimientos en el navegador. En una época en la que lo queremos todo y lo queremos ahora, ¿deberíamos dedicar más tiempo a pensar sobre nuestra privacidad?
R. Probablemente tendríamos que tomar la iniciativa, pero no creo que cada individuo tenga la total responsabilidad de preocuparse de uno mismo. Es complejo. No me puedo proteger a mí misma si tú publicas cosas sobre mí; no puedo hacer nada. Necesitamos un cambio sistemático. Sabemos lo que es seguro y lo que no, por ejemplo, cuando nos movemos por la ciudad. Pero no sabemos protegernos online de la forma que lo hacemos offline.
P. ¿Qué hace Mozilla para proteger a las personas que utilizan Firefox?
R. En los teléfonos móviles es más complicado porque están totalmente controlados por Apple y Google. Pero, por ejemplo, en el navegador de un portátil podemos hacer cosas como limitar la información a la que tiene acceso Facebook. Con el tiempo tenemos que aprender a buscar el equilibrio entre seguridad y lo que nos conviene, como hacemos offline. Hace falta tiempo.
P. ¿Qué le parecería que hubiera una asignatura sobre privacidad en las escuelas?
P. La exposición The glass room experience, financiada por Mozilla, que se puede ver en Sónar+D y su reflexión sobre todos los datos personales que volcamos a internet es inquietante. Habla de un carrito para bebés que se conduce solo. ¿Realmente necesitamos aparatos inteligentes como este?R. Es un tema clave, al mismo tiempo que Mozilla cree que se tiene que potenciar en Internet el impulso humano para crear.
R. En la vida anterior a Internet también había muchos productos que quizá no nos hacían falta. La humanidad es salvajemente creativa. Algunas de las cosas disponibles en línea no ayudan a crear una vida mejor, simplemente forman parte del entretenimiento. Amo a la tecnología e Internet y creo aún que es admirable en todo lo que ha ayudado.
P. ¿Podemos volver a confiar en Facebook después que Mark Zuckerberg haya pedido perdón en el Senado americano y en el Parlamento Europeo?
R. Ya había pedido disculpas anteriormente, pero quizá es una buena señal. Sin embargo, tienen que resolver otras cosas. Desde 2015 no ceden datos a desarolladores terceros que trabajan sobre la plataforma, pero, ¿qué hay del resto? Sobre los datos compartidos con las operadoras, por ejemplo.
P. ¿Cómo es vuestra relación con Google? Es el buscador por defecto de Firefox, pero ustedes ofrecen un sistema de protección contra el seguimiento de los movimientos de los internautas que parece muy potente.
R. Ellos continúan invirtiendo en su navegador Chrome de manera intensa y prefieren que la gente lo utilice y tengan la protección de Google. Pero hace tiempo que nos conocemos y son buenos en el sentido de no presionar a la gente para que cambie de navegador. Hacen cosas bien. Microsoft, en cambio, te hace estas cosas que eran ilegales en Europa y ya no lo son...
P. ¿Qué aconseja a las madres y padres con hijos que descubren Internet cada vez más temprano, con los videojuegos y las redes sociales?
R. Es tentador porque estas tecnologías hacen la función de muy buenos canguros. Tus hijos pueden estar en la parte trasera del coche y todo está en calma y en paz. Lo primero es encontrar la calidad y el compromiso con los niños. Es más importante que nunca. Antes su protección se limitaba al barrio o a la comunidad. Ahora cada vez son pequeños adultos más temprano y hace falta ayudarles a tomar decisiones.
R. La relación con las máquinas a través de la voz será mucho más común de lo que nos podemos imaginar. La idea de un asistente personal [virtual] no es exactamente natural para muchos de nosotros, que hemos crecido sin sirvientes. No estamos acostumbrados a decir a alguien qué hacer, hasta de forma grosera. Pero pensamos qué podía ser útil para el bien común. Las grandes plataformas tienen herramientas para utilizar el reconocimiento de voz, especialmente para fines rentables para ellos. Decidimos crear una herramienta de acceso abierto para convertir el habla en texto con aprendizaje automático: es una técnica cara que pueden asumir las grandes compañías y, de esta forma, ahora la podrán utilizar más desarrolladores. Hablará varios idiomas y en varios acentos.P. Sónar+D va de música, de sonido y de nuevas formas de interacción, como el proyecto Common Voice de su fundación.
P. Alexa, el asistente de Amazon, no entiende muy bien el inglés hablado por un español.
R. En Common Voice podrán participar voluntarios que hablen en todos los acentos. Deberán leer textos. Las frases que necesitamos tienen que estar libres de derechos. No podemos coger un libro moderno y hacer que la gente lo lea. Se podrá colaborar con un crowfunding para comprar bases de datos o aportando la voz.
P. ¿El asistente de Common Voice hablará castellano?
R. Sí
P. ¿Y gallego, euskera y catalán?
P. En un año realmente comprometido con la igualdad entre mujeres y hombres, ¿qué sugiere para combatir la brecha de género en las empresas tecnológicas?R. Para aprender una lengua, el sistema necesita 10.000 horas de lectura. Para algunas lenguas puede que pase un tiempo hasta que lo consigamos, incluso será probablemente imposible comprar bases de datos de algunos idiomas.
R. Sé lo que pasa a las mujeres que están en el sector y no es bonito. Hacen falta técnicas para acabar con esta situación sesgada. Por ejemplo, si un mismo trabajo lo firma un hombre o una mujer, es valorado de forma distinta. Esto se tiene que parar.
P. La Comisión Europea está ayudando a los Ayuntamientos a ofrecer Wi-Fi gratuito. La regulación en España limita este tipo de conexiones a 256 Kbps para no perjudicar a las operadoras, aunque en este caso hará una excepción. ¿Qué opina de esta limitación?
R. Es un ejemplo de una gran pregunta que es cuánto se quiere proteger al statu quo y limitar posibilidades de crecimiento. Puede blindar puestos de trabajo en las operadoras, pero, ¿qué pasa si una persona se tiene que conectar a Internet para buscar empleo, no tiene otro recurso y necesita subir un vídeo?
Fuente El País

Publicado por:NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA

Admin Junio 15, 2018 04:00 PM Destacado