Cada vez es mayor el número de personas que busca en la
calle una oportunidad para sobrevivir ejerciendo oficios informales, que por la
propia naturaleza de la actividad y porque no califican para los programas
institucionales, con excepción de que se trate de menores, son difíciles de
incluir en un registro, informó el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral
de la Familia (DIF) municipal.
Limpiavidrios, malabaristas y personas que cantan o tocan
algún instrumento viven de las dádivas de transeúntes o automovilistas, pero no
son personas en situación de calle ni piden limosna, sino que ofrecen un
servicio como modo de vida, detalló Julia Alonzo Aguayo, jefa del departamento
de trabajo social y estudios socioeconómicos de la dependencia.
Cabe aclarar que los indigentes son gente en situación de
calle, la mayoría tiene familia, pero por diversas situaciones viven en la vía
pública, mientras que los menesterosos, que son los más visibles, son aquellos
que salen de sus casas a pedir caridad, en horario y en un punto concreto.
En este contexto, la funcionaria indicó que hace dos años un
equipo de 20 personas del DIF y la Policía Municipal de Mérida (PMM) realizó un
mapeo en calles del primer cuadro de la ciudad y lugares específicos del
segundo cuadro, durante tres semanas en tres turnos, con el fin de encontrar
personas en situación de calle.
Detalló que los resultados del estudio arrojó que de 140
individuos que se encontraron, 31 eran indigentes, solo uno era mujer y la
mayoría presentaba problemas en sus facultades mentales; los 109 restantes
simplemente salen a pedir caridad, la mitad de ellos son mujeres y en general
éstas lo hacen porque sus hijos tienen alguna discapacidad.
Subrayó que el 90 por ciento de los menesterosos son adultos
mayores hombres, la mayoría asociados al consumo excesivo de sustancias;
algunos tienen pensión o reciben apoyo del Gobierno Federal o son beneficiarios
de la dependencia, principalmente del Programa de despensas, y el 10 por
ciento, que son más jóvenes y aunque están en edad productiva, prefieren pedir
caridad.
“Cuando se reporta alguna persona en la calle, se acude a
verificar si se trata de un menesteroso o indigente, para saber qué necesitan
y, dependiendo el caso, se les ofrece una gama de programas que brindan
diferentes direcciones del Ayuntamiento, pero algunos declinan; no quieren
estar en albergues, y la mayoría tiene un gran expediente en el DIF”, aseveró.
Alonzo Aguayo añadió que todos los días, a las 10 de la
noche, personal del DIF y de la Policía Municipal de Mérida van en una
camioneta al parque Eulogio Rosado y otros puntos estratégicos de la ciudad
para invitar a los indigentes que deseen a ir a un albergue, seis de ellos van
todos los días y a los que se niegan se les regala una cobija, aunque no
siempre la aceptan.
“Los indigentes y menesterosos, desde hace dos años, son los
mismos”, comentó.
El Departamento de Adultos Mayores del DIF Municipal cuenta
con un albergue donde actualmente viven 37 adultos mayores que no tienen redes
de apoyo (familiares); además de estar ahí, reciben alimento, atención médica,
actividades, y en el centro Renacer, que está a un lado, pueden participar en
diversos clubes, como tecnología y danza.
Las autoridades recomiendan reportar al área de trabajo social del DIF Municipal violencia y omisión de cuidados de estos menores y adultos mayores.
Publicado por:Noticias de Última Hora
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