Miguel Torres tiene 62 años. El lunes sufrió un infarto cerebral y sus vecinos decidieron llevarlo al Hospital General de Zona número 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sin recibir la atención médica que requiere. De entrada una tomografía, pero el hospital no cuenta con el equipo, además de que el paciente no es derechohabiente del instituto.
Las hijas de Miguel quisieron llevarlo a otro hospital, pero no se les permitió porque “primero teníamos que pasar a finanzas” a pagar el servicio que le dieron en urgencias y “la estancia”, a razón de mil 200 pesos por día, según les dijeron en el área de trabajo social.
El miércoles, los familiares presentaron la queja en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y hoy el trato cambió. Ya no les están condicionando la salida del paciente y en Trabajo Social ofrecieron buscar otro hospital donde lo puedan atender. Siguen esperando, mientras una de las hijas de Miguel fue a preguntar al Hospital de Xoco de Ciudad de México, donde supuestamente el personal del IMSS solicitó el ingreso del paciente, pero la respuesta fue negativa.
Los familiares solicitan al director del IMSS, Zoé Robledo, su intervención para solucionar este problema.
Publicado por:Noticias de Última Hora
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