Tatuarse es es casi tan habitual como el cepillarse los dientes y no es que sea una práctica que se realice a diario pero sí se ha popularizado entre la población y es más común tener tatuajes que no tenerlos. Pero si ya te realizaste uno o estás por hacerlo, ¿sabes qué implicaciones para la salud puede tener la tinta?
Las personas que se tatúan suelen preocuparse por el dolor que se tendrá durante la sesión, pero de acuerdo con una especialista eso es lo que menos preocupación debería causar.
La doctora Ana Elizabeth Torres Hernández, del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología de la UNAM, describió durante una charla del ciclo Ciencia a Distancia, los aspectos químicos detrás de la tinta de los tatuajes.
La parte visible, a simple vista, de los tatuajes se encuentra en la capa externa de la piel conocida como epidermis, la especialista explicó que “está zona de la piel está formada principalmente de colágeno, nos protege del exterior. La capa más interna es la hipodermis, donde hay mayoritariamente células grasas”.
La dermis es donde se inyecta la tinta del tatuaje, ahí se encuentran las glándulas sudoríparas, las fibras nerviosas, los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos.
“Las partículas más pequeñas de la tinta del tatuaje se eliminan a través del torrente sanguíneo y los vasos linfáticos, otros componentes se pueden degradar por el metabolismo celular. Sin embargo, las partículas más grandes son atrapadas y almacenadas por los macrófagos, un tipo de glóbulo blanco, lo que explica por qué los tatuajes no se borran”,explica la especialista.
¿Qué tan seguras son las tintas de tatuajes?
“En ninguna parte del mundo la tinta está regulada”, advierte Ana Elizabeth. La química refiere que algunos estudios confirman que las tintas no necesariamente tienen lo que reportan, además de que hay todo un mercado donde las prohibiciones no tienen efecto.
Señala que en el 20% de las tintas de tatuaje se han encontrado presencia de bacterias, aún en botellas cerradas, la especialistas agrega que “en este momento no hay una tinta cien por ciento segura para podernos tatuar”.
Entre sus recomendaciones, la doctora Torres menciona que el grosor de la piel no es el mismo en todo el cuerpo, aunque el tatuaje se suele depositar a la misma profundidad, 2 mm. Es conveniente buscar lugares más alejados del peligro de llegar a un nervio, ganglios linfáticos o alcanzar la hipodermis.
En personas que tienen enfermedades que comprometen al sistema inmune o crónicas, como lupus, vitíligo, psoriasis o diabetes, es indispensable consultarlo con el médico para asegurarse que la estimulación ejercida no sea grave.
Una de las recomendaciones que de manera general se hace cuando vas a realizarte un tatuaje y en la cual enfatiza la doctora es que se persona que se va tatuar se debe asegurar de que la tinta esté sellada al igual que la aguja y una vez hecho el tatuaje usar bloqueador solar para evitar la ruptura de las moléculas. Ante la duda, se recomienda acudir con un profesional que aconseje cuál es el procedimiento más óptimo.
La tintas y sus componentes
Ana Torres enlistó los componentes de la tinta que identificó al analizarla en su laboratorio, la explicación se compartió en el sitio web de Ciencia UNAM.
La doctora en Ciencias Químicas, menciona que el pigmento, al ser un polvo, requiere de un disolvente donde dispersar. El agua es el disolvente más común, aunque también se usan alcoholes o glicerina.
“La tinta necesita conservadores que ayuden a disminuir el riesgo de una contaminación bacteriana o de hongos. Por ejemplo, se usa ácido benzonico que también está presente en alimentos. Asimismo, hay materiales de relleno que dan volumen al tatuaje y algunos otros aditivos que agregan viscosidad a la tinta”, explica la académica.
Sin embargo, la académica manifiesta que “frecuentemente las tintas no cumplen con las condiciones ni los procesos que garanticen que son seguras para la piel". En primer lugar, muchos de los componentes solo están aprobados para uso cutáneo, no subcutáneo.
En segundo lugar, hay dos tipos de compuestos orgánicos importantes en las tintas por su toxicidad: los tipo azo, que se caracterizan por dos átomos de nitrógeno unidos por un doble enlace; y los hidrocarburos policíclicos aromáticos, presentes en los aditivos.
“Los pigmentos comúnmente están formados por compuestos tipo azo porque permiten obtener una gran gama de colores. Cuando este tipo de compuestos son irradiados con luz visible o ultravioleta, al ser una molécula muy reactiva, es susceptible a romperse. Se generan otras moléculas como las aminas policíclicas aromáticas que provocan reacciones alérgicas en la piel, daño en los órganos y algunas tienen efectos carcinógenos”, menciona la doctora.
Ana Torres explica que algunas tintas han sido prohibidas, los pigmentos verde y azul específicos, con cobre al centro de la molécula, fueron restringidos en la Unión Europea por su potencial daño a la salud. Investigadores hicieron un experimento que consistió en irradiar con un láser este tipo de compuestos y observaron que se descomponía en dos moléculas: en benceno, que es carcinógeno y puede causar leucemia y anemia; y en ácido cianhídrico, cianuro, con potencial riesgo de intoxicación y envenenamiento a mayor tamaño del tatuaje.
Algunos ingredientes pueden ser cancerígenos
En otro experimento que menciona la doctora se analizaron tintas de diferentes marcas para ver qué metales pesados tenían. Torres comenta que observaron que muchos no estaban reportados en la etiqueta y excedían los límites de concentración permitidos.
La mayor parte de las tintas de tatuajes tienen mucho titanio, que, al ser fotosensible, puede tener una reacción química con la luz. Además hay mucho níquel, que puede causar hipersensibilidad en la piel y dermatitis, entre otros metales como el cobre, manganeso y el plomo.
Aunque se cree que está en los colores, en varios análisis a la tinta negra encontraron hidrocarburos policíclicos aromáticos, con altas clasificaciones de potencial riesgo cancerígeno, como el naftaleno.
“En un tatuaje de veinte por veinte centímetros; se inyectan aproximadamente dos gramos de tinta negra y habrá una cantidad aproximada de 402 microgramos de compuestos policíclicos aromáticos que son potencialmente cancerígenos”, concluyó la especialista.
Además, se ha encontrado que la tinta negra está formada mayoritariamente por nanopartículas de carbono que pueden migrar a otras partes del cuerpo (como los ganglios linfáticos), provocando inflamación y riesgo mutagénico.
Publicado por:Noticias de Última Hora
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