Ni en las mejores películas de espías podríamos anticipar lo que ha logrado un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia: un sistema que crea una suerte de tinta invisible con un texto no comprensible a simple vista y que solo el receptor del mensaje puede descifrar. Según recoge Wired, estos investigadores han empleado la técnica de la esteganografía, consistente en ocultar mensajes en textos que actúan como portadores, de forma que el contenido pasa completamente inadvertido al ojo humano, pero puede ser descifrado rápidamente por el destinatario empleando las herramientas adecuadas. En este caso, el equipo ha trabajado en crear una técnica que modifica levemente los caracteres ocultando los mensajes en una fuente nueva que han bautizado como FontCode.
Esta nueva fuente puede ser adaptada en las ya existentes en los principales procesadores de textos, pero lo que resulta realmente más interesante, es que puede aplicarse también en imágenes que pueden ser enviadas mediante aplicaciones de mensajería. Así, puede crearse una imagen o PDF conteniendo un texto trabajado mediante FontCode para luego enviarse a través de WhatsApp (o cualquier otra app de mensajería) e incorporando un texto que solo puede ser descifrado por el destinatario. Esta técnica permite, asimismo, incrustar mensajes ocultos en textos impresos, de forma que podríamos estar leyendo un texto oculto en un anuncio en prensa escrita o lo que resulta más interesante, en publicidad.
No se trata de mensajes subliminales, pero los creadores de FontCode dejan la puerta abierta al empleo de esta técnica para sustituir al QR: así, un anuncio ubicado en un panel en la calle puede incluir -de forma no visible al ojo humano- información adicional sobre el contenido, o incluso una página web. La idea es crear aplicaciones móviles que puedan, empleando la cámara de fotos, descifrar al instante el texto oculto; una nueva herramienta que sin duda podrían aprovechar bien los publicistas. Más allá de mensajes ocultos, este nuevo desarrollo permitiría firmar digitalmente los documentos en PDF de manera que se supieran si han sido modificados.
Los escritores y autores de textos también podrían emplearla para integrar su autoría e información adicional sin ocupar espacio ni molestar al lector con notas laterales. De hecho, quien se enfrenta a un texto tratado con FontCode apenas percibiría -si se es detallista- que algunos caracteres aparecen levemente modificados o con las esquinas excesivamente curvadas. Otro campo en el que inevitablemente tendrá éxito esta técnica si los desarrolladores logran que su uso sea masivo, lo encontraremos en el envío de mensajes cifrados.
Un texto modificado mediante FontCode no es legible a simple vista, pero nada impide al destinatario a descargarse la correspondiente aplicación que incluya el algoritmo de descifrado para leerlo. Sin embargo, los investigadores de la universidad de Columbia explican también que pueden añadirse claves de cifrado al texto, de forma que el destinatario no pueda leer el mensaje enviado si no posee la clave (llegaría una secuencia de caracteres ininteligibles), lo que amplía más, si cabe, las posibilidades de uso de FontCode. Sus creadores han patentado ya el desarrollo y prometen ampliarlo a más idiomas, además del inglés. Fuente El país