Agosto 12, 2017 06:00 PM
El Gobierno no pudo proteger ni los huevos de oro: la violencia pega ahora al Caribe mexicano
A finales de los años 50 y principios de los 60, Acapulco era uno de los grandes destinos de playa que estaban de moda a nivel mundial. Sobre sus arenas caminaron celebridades como Elvis Presley, Rita Hayworth, John Wayne, Elizabeth Taylor y la pareja presidencial norteamericana que integraban Jaqueline y John F. Kennedy.
Acapulco entró en un proceso de declive. La contaminación de sus mares, la basura de sus playas dejada por los turistas y la violencia generalizada en el estado dieron la oportunidad a que emergiera otra nueva joya del turismo mexicano: Cancún, en Quintana Roo.
Las ruinas mayas a su alrededor y la cadena de playas que lo rodean, entre ellas Playa del Carmen y Tulum, son ahora atractivas para grandes estrellas e inversionistas que buscan propiedades de playa.
Grupo Expedia, la compañía de viajes en línea más grande del mundo, destacó en un análisis que en 2016 Cancún fue el destino de playa más visitado en el país, seguido de la zona de Riviera Maya y la Ciudad de México. El año pasado cerró con con 4.8 millones de turistas extranjeros que arribaron a sus playas.
Para los dos destinos, enlistados en el grupo las grandes joyas turísticas del país, 2017 presenta un panorama muy diferente, caracterizado por las ejecuciones callejeras, la inseguridad y la expansión de los cárteles de la droga que atraviesan por un reacomodo.
Desde hace la menos cinco años, Acapulco ha aparecido entre los primeros lugares en los rankings de las ciudades más peligrosas del mundo.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, ubicó al puerto como la segunda ciudad más peligrosa del mundo, sólo después de Caracas, Venezuela, con una tasa de 113.24 homicidios por cada 100 mil habitantes.
EL DRAMA EN ACAPULCO
Guerrero, el conflictivo estado que alberga las playas de Acapulco, ha sido históricamente conflictivo. En su pasado hay una larga historia de conformación de guerrillas y en su presente una proliferación de grupos narcos locales que en asociación con grandes cárteles mantienen la ingobernabilidad en la parte norte del estado, pro también se encargan de disputar el puerto.
Tras la caída de Arturo Beltrán Leyva, líder del Cártel de Los Beltrán Leyva en el años 2009, las células que operaban en el puerto se asumieron como independientes, pero sin los contactos suficientes para traficar droga, por lo que ampliaron sus servicios criminales al robo, secuestro y extorsión.
Un testigo protegido declaró en 2011 que en un fin de semana, sólo por la venta de droga, se podían recaudar en el municipio unos 4 millones de pesos (USD 222.000), como consta en el expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/218/2011 de la Fiscalía Federal.
La organización se dividió en dos: La primera liderada por Héctor Beltrán Leyva, El H; Ismael Coronel, El Judío, y Sergio Villarreal Barragán, El Grande, quienes a su vez establecieron pactos con Los Zetas con el objetivo de retener el control del crimen organizado en Acapulco.
Y la segunda derivó en el llamado CIDA (Cártel Independiente de Acapulco) que abarca cinco sectores y mantiene un enfrentamiento constante con los Beltrán Leyva por el control del puerto.
El CIDA, grupo al que se le responsabiliza por la reciente masacre en la que murieron 28 presos en una cárcel de Acapulco, sufrió una división de la que surgió el grupo de La Barredora y a su vez otra pandilla llamada La Mochomera, que busca desplazar a CIDA.
Desde 2011, el puerto ha sido testigo de escenas violentas como la de septiembre de 2011, cuando 20 personas del vecino estado de Michoacán desaparecieron en Acapulco, de las cuales 18 aparecieron en una narcofosa.
En enero del año pasado aparecieron narcomantas en distintos puntos. Uno de estos mensajes fue dejado junto con una hielera y un gato muerto.
El 19 de diciembre aparecieron cuatro cabezas en una hielera y el 31 de diciembre tres decapitados.
El 5 de abril de este año se registró una jornada violenta con narcomantas, autos quemados y un decapitado. Los llamados fines de semana violentos son una constante. Entre los viernes, sábado y domingo persisten los reporteros sobre actos violentos que dejan saldos de entre 9 y más de 20 muertos.
La mayoría de los crímenes están relacionados con la delincuencia organizada y las principales víctimas son los comerciantes y maestros.
El último informe del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), un think tank especializado en temas de seguridad, destacó que hasta el año pasado en el estado de Guerrero se ubicaron 244 cuerpos en 104 fosas clandestinas sólo en los municipios de Iguala, de donde desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Taxco y Acapulco.
La Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (Ecopred), que mide la percepción de los ciudadanos sobre cómo se sienten en su ciudad, reveló que en Acapulco casi el 82% de sus habitantes se sienten inseguros.
La empresa Holland America Line anunció en marzo pasado la cancelación del arribo de ocho cruceros internacionales al puerto en lo que resta del año, ante los niveles de violencia e inseguridad.
Todos los días hay ejecutados, extorsión, negocios que tienen que cerrar y dar cuotas a los delincuentes. Aquí la vida se ha modificado radicalmente, dice a Infobae Ricardo Mejía, presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso local.
CANCÚN: UNO DE LOS NUEVOS SANTUARIOS DEL NARCO
Gracias a que geográficamente está ubicado lejos de la guerra entre cárteles que se libra en el Norte y Centro de México, Cancún, Quintana Roo, en el Sur se ha convertido en una de las cinco ciudades con potencial para ser los nuevos santuarios de los grandes capos y sus familias.
Las inversiones en hoteles, en desarrollos inmobiliarios, la creciente llegada de turistas y toda la serie de salidas que tienen al mar, convierten a la ciudad en un lugar perfecto para que algunos cárteles puedan asentarse.
Cancún hace frontera con Belice y el mar la convierte en un lugar estratégico para huir por distintas vías en caso de una persecución.
Un análisis de Lantia Consultores, especializado en temas de seguridad, realizado en 2016 señalaba que en general en Quinta Roo podía identificarse la presencia de los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG), de Sinaloa, así como células que operan para el Golfo y Los Zetas.
Sin embargo, ante el reacomodo de cárteles tras la captura y extradición a Estados Unidos de Joaquín El Chapo Guzmán, se registró una deserción en todos los grupos de elementos que integraron el llamado Cártel de Cancún.
La ciudad registraba un promedio de dos ejecutados a la semana pero desde mediados de mayo, la cifra aumentó a cinco. A principios de junio ya estaba cerca de igualar la cifra de ejecutados de todo el 2016, que fue de 61. De ser así, 2017 puede cerrar como el año más violento en la última década.
Hay un mercado grande (para los cárteles) desde hace tiempo, no es nada nuevo. Lo que pasa es que habían pasado con discreción, no habían hecho cosas aparatosas, como las que están empezado a hacer ahora, dijo a Infobae Carlos Barrachina, investigador de la Universidad Anáhuac.
En lo que va del año, al menos en cuatro ocasiones han aparecido narcomantas con amenazas a cárteles rivales, a la población y las autoridades.
Las cabezas humanas tiradas en la calle también ya hicieron su aparición.
Un reporte de la Secretaría de Turismo señala que durante la pasada temporada vacaciones de Semana Santa, la ocupación hotelera en la ciudad alcanzó el 100%. Pero, sus ciudadanos tienen miedo.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) reveló el tamaño del problema: casi 70 por ciento de los habitantes dejaron de usar joyas por temor a un asalto; 52.7 por ciento no lleva dinero en efectivo; 31.7 por ciento ya no usa tarjetas de créditos y 52.5 por ciento ya no sale a la calle por las noches. Sin Embargo
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