na tragedia sin precedentes sacudió la pequeña localidad de Minden, en el noroeste de Luisiana, cuando un niño de apenas 10 años presuntamente disparó y acabó con la vida de Joe Cornelius Sr., ex alcalde de 82 años, y su hija Keisha Miles, de 31 años.
El jefe de policía de Minden, Jared McIver, reveló a los medios locales que el menor confesó haber perpetrado el doble homicidio. Los cuerpos de las víctimas fueron descubiertos el domingo por la mañana, presentando múltiples heridas de bala, lo que sugiere un ataque violento y prolongado.
Las autoridades han mantenido en reserva la relación exacta entre el niño y las víctimas, lo que ha generado especulaciones entre los residentes de Minden. Los vecinos, aún conmocionados por el incidente, informaron a la cadena KSLA-TV haber escuchado una acalorada discusión entre Cornelius y el menor, seguida de una serie de disparos que rompieron la tranquilidad del vecindario.
Joe Cornelius Sr. era una figura emblemática en Minden, especialmente respetado en la comunidad afroamericana. Su trayectoria de servicio público abarcó décadas, incluyendo un largo período como miembro del consejo municipal. En 2013, tras el fallecimiento del alcalde en funciones, Cornelius fue designado para ocupar temporalmente el cargo, demostrando el alto nivel de confianza que la comunidad depositaba en él.
Además de su carrera política, Cornelius tuvo una destacada trayectoria en la aplicación de la ley, desempeñándose como ayudante del sheriff y alguacil. Su compromiso con la comunidad se extendió más allá de sus roles oficiales; como propietario de una funeraria, Cornelius se dedicó a ayudar a las familias en sus momentos más difíciles.
La muerte de Keisha Miles, hija de Cornelius, añade una capa adicional de tragedia al suceso. Con 31 años, Miles representaba la siguiente generación de la familia Cornelius, y su pérdida es doblemente dolorosa para una comunidad que ya estaba de luto por la muerte de un líder tan querido.
Este trágico incidente ha reavivado el debate sobre el control de armas y la seguridad infantil en Luisiana y en todo Estados Unidos. Mientras el menor permanece bajo custodia, la comunidad de Minden lucha por comprender cómo un niño de 10 años pudo tener acceso a un arma de fuego y cometer un acto tan violento.
Las autoridades, los líderes comunitarios y los residentes se enfrentan ahora a la difícil tarea de sanar las heridas dejadas por esta tragedia y trabajar juntos para prevenir futuros incidentes similares.
Publicado por:Noticias de Última Hora
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