Para convertir las calles de una de las metrópolis más caóticas y cambiantes del mundo en la imagen viviente de las avenidas de la infancia de Alfonso Cuarón, el equipo de diseño de producción de Roma tomó clavo y martillo.
Pavimentaron un lote de estacionamiento y lo convirtieron en su paraíso.
Para rodar una escena de Roma ambientada en una vibrante avenida, los realizadores construyeron de la nada una réplica inmensa de una calle de la Ciudad de México (con todo y las tiendas) en un lote vacío ubicado entre almacenes. Metieron ahí vehículos de la época, incluido un tranvía, construyeron las fachadas de las tiendas y convirtieron un área de losas de concreto quebradas e invadidas de hierba silvestre en una concurrida esquina.
Vaya manera de revivir tu infancia.
Roma, que compite por diez premios Oscar el 24 de febrero, es un filme semiautobiográfico de Alfonso Cuarón, quien hizo el guion y lo dirigió, sobre su vida a principios de los años setenta en el vecindario de Ciudad de México que le dio nombre a la película. No basta decir que Cuarón fue muy prolijo con los detalles para realizar ese retrato. Con un presupuesto reportado en 15 millones de dólares, la película también incluye una representación minuciosa de la matanza estudiantil conocida como el Halconazo, un enorme incendio forestal apagado de manera comunitaria y un complicado rescate en el mar.
En la escena para la cual reconstruyeron la avenida en ese lote, la protagonista Cleo (interpretada por Yalitza Aparicio) persigue a uno de los niños de la familia con la que trabaja camino a ver una película en el cine y termina en la intersección de las avenidas Insurgentes y Eje 3 Baja California. Cuarón quería rodar en ese mismo cruce, pero el vecindario ha cambiado mucho desde entonces.
Para empezar, hay una enorme parada de Metrobús a la mitad de Insurgentes, donde antes pasaban los tranvías. Además, el cine que es parte de la escena fue demolido y remplazado por un centro comercial. Muchos de los negocios ya no son los mismos.
Cuarón consideró sustituir la intersección para el rodaje con una calle que luciera similar a Insurgentes; sin embargo, aunque hay locaciones con edificios que mantienen la ambientación de los setenta, ninguna tenía el mismo peso de gran avenida.
“Tenía cierto cosmopolitismo que no encontré en ningún otro lado”, dijo Cuarón en entrevista telefónica.
La propuesta de usar imágenes generadas por computadora para que el centro comercial se convirtiera de nuevo en el cine no tuvo muchos adeptos. El director dijo que el filme necesitaba tener el componente físico de los personajes moviéndose de verdad por ambiente reales y no construidos digitalmente. No era ocasión para algo como Gravedad.
“No quería solamente ilustrar la locación, quería que permeara toda la esencia en tiempo y espacio”, comentó Cuarón.
Así que era momento de tomar clavo y martillo.
Cuarón trabajó con Eugenio Caballero, a cargo del diseño de producción, para investigar a fondo todos los aspectos visuales de la intersección a principios de 1970, con fotografías viejas y empatarlos con los recuerdos del director. Luego determinaron qué tanto iban a mostrar en las tomas y Caballero hizo un plan a partir de las medidas reales del cruce. El objetivo después fue ubicar el espacio que cumpliera con los requisitos.
Necesitaban un área más grande que la que tienen muchos lotes de estudios, así que recurrieron a su creatividad. Consideraron usar el estacionamiento del Estadio Azteca… pero era demasiado pequeño.
“Los encargados de locación dejaron de buscar desde el terreno y lo hicieron con imágenes satelitales de la ciudad”, dijo Cuarón.
Encontraron un espacio en una colección de almacenes cerca del edificio de la Secretaría de Educación Pública. Ahí estaba el lote vacío con las losas de concreto fracturadas y el césped descuidado. Caballero y su equipo transformaron el sitio con la construcción de rieles y cables para el tranvía, al igual que las aceras y las tiendas.
Pero Cuarón no solo quería las fachadas: quería que fuera posible entrar a la tienda para que estuviera poblada por extras. De ese modo, una agencia de viajes también ayuda a mostrar cómo era la división de clases en esa parte de la ciudad. (Debe decirse que sí hubo imágenes hechas a computadora, para terminar de llenar el fondo de la calle y las partes altas de los edificios).
Cuando Cleo se acerca a la intersección, la pantalla vibra con la energía de los demás peatones y del tráfico, mientras brillan las luminarias de la ciudad y toda la toma transmite el sentimiento de estar maravillado. Cuarón quería que fuera lo más fiel posible a sus recuerdos de cruzar esa calle.
“Tenía bien presente cómo se sentía”, dijo, “la emoción que sentía al llegar a la avenida camino al cine desde las calles más resguardadas de mi barrio”.
Después del rodaje, fue destruido todo el set. El estacionamiento de los almacenes nunca ha lucido mejor.
Publicado por:Noticias de Última Hora
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