El concierto, a cargo de la Orquesta de Salvadoreñosresidentes en México, incluyó obras de compositores de ambos países y ofreció una velada festiva que reafirmó las relaciones diplomáticas que estas dos naciones iniciaron desde 1838, cuando El Salvador se convirtió en un país independiente.
Antes del inicio del concierto, el Embajador de la República de El Salvador en México, Edgar Ferman Palacios Bermúdez, dio la bienvenida al cuerpo diplomático de su país, a representantes de embajadas de otros países y a invitados especiales, entre los que estaban el padre Alejandro Solalinde.
El Embajador destacó la larga e histórica relación entre los dos países, la cual "ha estado marcada por la cooperación, asistencia y hermandad de pueblos", dijo.
"Compartimos cultura e identidad en lo ancestral, en lo histórico", destacó.
Recordó que "una de las primeras expresiones de esta relación" fue el nombramiento del primer cónsul en México, en junio de 1892, hace 126 años.
Después de hacer un repaso por diversos momentos históricos que han marcado esa relación bilateral, como cuando a principios del siglo pasado el presidente Venustiano Carranza entregó al pueblo salvadoreño una estación telegráfica inalámbrica; en 1917, cuando el país centroamericano vivió la catástrofe de la erupción de un volcán, Carranza también se solidarizó con esa nación.
"Las relaciones entre ambos países siempre han sido profundas y significativas", dijo el diplomático.
Después de sus palabras, llegó el turno de la nueva orquesta.
Bajo la batuta de la directora invitada Lizzi Ceniceros, la agrupación conformada por salvadoreños que viven en diversos estados de México, hizo su debut en este concierto que incluyó piezas como "Sinfonieta en Re", de Domingo Santos, "Danzón No. 2" de Arturo Márquez, "Tren alegre" de Alberto Trejo Cabrera, y "Huapango" de Pablo Moncayo.
Fuente:el universal
