Adeuda Insabi 4,200 mdp a laboratorios

El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) adeuda a los laboratorios de medicamentos en México ¡4,200 millones de pesos!

Como no se había visto en la historia, la deuda de Insabi, principalmente con los laboratorios ha crecido y se ha acumulado entre el 2019 y 2020. Para el año 2021, el gobierno prácticamente no ha comprado medicinas.

Son cifras de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) que preside Rafael Gual que incluye los nombres de laboratorios agremiados a esa organización, pero también los de otras organizaciones como la Asociación Mexicana de Laboratorios (Amelab), la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (Amiif) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam).

Los laboratorios mexicanos están viviendo una marcada discriminación presupuestal. No es una declaración. Es un hecho demostrado con cifras.

¿Por qué? Porque mientras que a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) le concedieron un presupuesto multianual por adelantado y el pago de una cuota (fee) de 130 millones de dólares, a los laboratorios nacionales no solo no les pagan por adelantado sino que les retrasan el pago hasta por dos años: el 2019 y 2020.

Lo peor de todo es que el retraso del pago que registran los laboratorios no causa ningún interés en contra del deudor.

Y a pesar de la mega deuda del gobierno mexicano con los laboratorios, el mismo gobierno ya les está pidiendo que presenten cotizaciones para los requerimientos del año en curso.

Paradójicamente al Laboratorio Pisa le debe 240 millones de pesos, el mayor adeudo de una larga lista de laboratorios.

A Kedrion Mexicana le deben 94.2 millones de pesos correspondientes al año 2020; a Ultralaboratorios 79.1 millones de pesos del 2020 y 2021; a Landsteiner Scientific 28.5 millones de pesos del 2019 y 2020; a Farmacéutica Hispanoamericana 24.3 millones de pesos del 2020; a Probiomed 13.6 millones de pesos del 2019 y 2020 entre muchos otros.

Por otra parte, a los integrantes de la Asociación de Servicios de Laboratorio les deben 350 millones de pesos realizadas en los institutos nacionales. La asfixia financiera que están sufriendo los laboratorios nacionales ya tiene en serios problemas a varios de ellos y aunque todavía no hay evidencia de quiebra de alguno de ellos, lo que si se observa es una contraposición al marco legal que rige a las empresas.

No hace sentido que los laboratorios continúen presentando cotizaciones y potenciales ventas frente a las enormes deudas que tiene con ellos el gobierno, en su calidad de comprador.

En el tránsito del Seguro popular al Insabi es que se ha registrado este fenómeno de morosidad, como no se había registrado nunca.

Entre las empresas fabricantes de medicamentos se advierte que la Unops está teniendo enormes ventajas presupuestales frente a los laboratorios nacionales.

Y con todo y esas ventajas la Unops sólo pudo adjudicar el 45% de las claves con lo que el 55% no fue colocado y tiene que adquirirse a través de compras directas.

Adicionalmente el proceso de licitación que realiza Unops no está siendo público y claro.

Nadie sabe con exactitud qué presupuesto total ha recibido. Lo que sí se sabe es que en las compras consolidadas que se venían realizando en los gobiernos previos, es decir el presupuesto que destinaba el gobierno para la compra de medicamentos, material de curación y dispositivos médicos era de 80,000 millones de pesos.

Eso representaba la posibilidad de comprar 1,800 millones de unidades de medicamentos. Esa era la compra normal.

La distorsión que se ha visto en el mercado de medicamentos ha provocado que aumente la venta de medicamentos al sector privado.

A pesar de la sobredemanda por la pandemia, el sector privado no ha registrado desabasto.

Como no había ocurrido desde hace una década, el mercado privado ha registrado un crecimiento de dos dígitos: el 13%.

Así las cosas.

marcomaresg@gmail.com / El Economista 

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